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¿Sabíais que Chema hacía ritmos con sus orejas antes de aprender a andar?
Tenía la facilidad de jugar con el cartílago de su pabellón y esconderlo dentro del conducto auditivo. Pero claro… eso duraba poco… y de repente… salía y volvía a su posición original.
Y también apretaba sus orejas contra la cabeza y marcaba compases.
Un día… vino un primo nuestro a vernos y Chema estaba con las orejas escondidas… este primo no comentó nada… y llevó una gran alegría cuando las vio salir y colocarse en su lugar.
Había llegado a pensar que eran así.

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